Por Luiz Furtado
Se supone que meditación es algo aburrido y para gente muy «evolucionada» ¿no? No, nada que ver.
Miles de estudios han salido comprobando los resultados fantásticos de meditar. Pero mucha gente todavía se ve distante de la posibilidad de algún día ponerse a entrenar este antiguo arte. ¿Por qué?
En general la meditación es vista como algo muy difícil y «fome», como decimos en Chile. Para mi aburrido es repetir incansables ejercicios iguales en los gimnasios, estresando el tejido muscular. Pero cada uno tiene una idea de lo que es aburrido ¿verdad?. De todas maneras lo más probable es que hayas realmente aprendido una forma aburrida de entrenar concentración y meditación y no culpa de la meditación en si, que por lo contrario, debería ser bien interesante entrenar.
La tarea sí, no es fácil, pero no es nada compleja. Es desafío es siempre parar, o al menos disminuir, el flujo continuo de pensamientos. Los resultados son muchos:
- Bajar el estrés y la ansiedad,
- Mejorar como uno trabaja bajo presión,
- Incrementar la productividad y la atención,
- Activar partes del cerebro relacionadas a la creatividad y la intuición,
- Incluso aumentar el tamaño del cerebro (según estudio de Sara Lazar en, Phd. en Havard).
Disminuir el flujo de pensamientos significa canalizar. Es decir, toda la energía que el cuerpo y el cerebro utilizan en varias actividades quedan concentradas en una única cosa u objeto (imagen o sonido). Y luego los efectos aparecen. El resultado en el crecimiento del cerebro ocurre con tan sólo 2 meses de entrenamiento constante según los estudios de Lazar.
Lo que siempre lleva a las personas a fallar en el entrenamiento de meditación, concentración o incluso mindfulness (estar más consciente sobre sus propias acciones y pensamientos) es que intentan entrenar cuando están casadas. Big mistake!
Un buen entrenamiento de meditación no es sentarse de piernas cruzadas y partir directamente al intento de parar nuestra increíble máquina cerebral. Vamos a perder fácilmente esta batalla si lo intentamos así.
Trata de prepararte, paso a paso, con pequeños entrenamientos diarios. Así, un día cualquier, cuando estés justo a punto de tomar una decisión importante podrás ver las cosas con mucho más claridad y seguridad, y entonces, hacer mejores elecciones.
Por todo esto, empiece a entrenar concentración cuando está con buena disposición y energía. Partiendo con entrenamientos básicos de respiración y ejercicios corporales de equilibrio vertebral. Estos van a generar más bienestar y mejorar la atención mental de inmediato. No hay nada más eficaz para un iniciante que intentar pararse en una sola pierna o aprender a respirar de forma digna como lo hacíamos de niños (99% de las personas ya se han olvidado cómo hacerlo, no te preocupes).
En resumen: empieza mejorando tu respiración. Que sea realmente consciente y profunda. Percíbela en todos los momentos del día que la recuerdes. Fíjate si estás moviendo el abdomen al inhalar y exhalar. Hacia afuera al inspirar, recogiéndolo al expirar. Luego entrena algunos ejercicios de equilibrio en la casa (lejos de los muebles 😉 just in case). Y solamente después de algunos días trata de sentarte y llevar toda tu atención hacia un único objeto, lo cual puede ser una imagen o un sonido cualquier.
Igualmente, siempre recurra a un profesional experto para orientarte de manera personalizada.
Luiz Furtado (LinkedIn)