Según algunas escrituras antiguas de oriente, el ser humano tiene ciertos “programas de fábrica”, es decir, ciertas conductas latentes que son compartidas por todos y cada uno de los seres humanos.
Yo se que estarás pensando: No solo creencias, paradigmas, condicionamientos sociales y culturales, familiares y de experiencias, ¿hay más aún?
La verdad es que si y aquí van:
Miedo a la muerte
Todo ser humano tiene ese miedo fundamental, que condiciona nuestras decisiones.
Hablamos de que existen muchos circuitos neuronales ancestrales que aseguran nuestra sobrevivencia, incluso sacrificando nuestra calidad de vida, bueno, este circuito es el padre de todos.
No solo eso, el miedo a la muerte es el origen de todos los miedos y fobias. ¿te da miedo la obscuridad? Su origen es el miedo a la muerte, ¿te dan miedo las arañas? Su origen es el miedo a la muerte, ¿te dan miedo los payasos del circo? Su origen es el miedo a la muerte. ¿Te dan miedo los ascensores, escaleras, envejecer, los animales, los viajes, hablar en público, las figuras que tienen muchos hoyitos de distintas formas? Si, adivinaste, todos esos miedos provienen de un solo miedo fundamental y compartido por toda la raza humana, el miedo a la muerte.
Es el mismo miedo manifestado de millones de formas, una forma para cada ser humano.
Es curioso al menos que desde el momento en que comienza nuestra vida la certeza más absoluta que hay es que vendrá el momento de nuestra muerte, sin embargo, esta nos aterra, nos aterra la incertidumbre de no saber lo que se viene y el hecho de que exista ha sido la razón perfecta para el surgimiento de incontables religiones y teorías con promesas de continuidad de la vida después de la muerte. Algunas muy sofisticadas.
No vengo acá a decirte que es lo que deberías creer, yo solo soy un colega tuyo, en este viaje llamado vida, también tratando de resolver el gran rompecabezas en el que estamos, solo quiero hacer el siguiente punto:
MIENTRAS MÁS CONSCIENCIA TENGAMOS DE NUESTRA MUERTE Y LA INMINENTE FINALIDAD DE NUESTRA EXISTENCIA, MEJOR VA A SER LA PERSPECTIVA QUE PODEMOS TENER DE NUESTRA VIDA, DE QUE HACER CON ELLA Y DE CÓMO QUEREMOS APROVECHAR EL TIEMPO QUE NOS QUEDA.
Y lo anterior no sería tan relevante sin el terror subyacente que nos genera el fin de nuestros días.
Aprovecha cada segundo que te queda en este planeta para construir una obra de arte y cuando te queden los últimos suspiros de vida puedas mirar hacia atrás y sentirte orgulloso de lo que vez.
Apego excesivo al placer y aversión al dolor
Ya mencionamos estas anteriormente, es la tendencia humana de acercarnos a lo que nos gusta, a veces de manera excesiva y alejarnos de lo que nos desagrada, a veces también de manera excesiva.
El problema de estos dos condicionamientos profundos es cuando ocurren de manera exagerada o se manifiestan de manera excesiva.
En el caso del apego excesivo al placer, nos encontramos en una situación casi de adicción, donde no podemos controlar nuestros impulsos, donde el placer es todo lo que hay, sea físico, emocional o mental.
Sin duda este tipo de apego nos hace esclavos y mina nuestra capacidad de decidir por nosotros mismos, transformándonos en autómatas de esos impulsos.
Podemos atenuar este condicionamiento por medio de la aplicación de nuestra consciencia sobre el objeto de nuestro placer, hacer de el nuestro objeto de meditación, de esa manera, con el tiempo, seremos capaces de ver el objeto por lo que es, un simple objeto (sea físico, mental o emocional). De esa manera podrás percibir que el apego nos es otra cosa que una proyección que va de adentro hacia afuera, un DESEO que se manifiesta en acción y se refuerza con la repetición. Mas adelante hablaremos de este fenómeno.
La ignorancia
Así es querido lector, somos un bicho profundamente ignorante de lo que esta ocurriendo en esta realidad. Muchas respuestas se han dado a la pregunta del sentido de la realidad y pocas nos satisfacen.
Sin embargo, ¿de qué ignorancia estamos hablando?
Antes de responder esa pregunta quiero que por unos instantes percibas el lugar que habitas, el lugar en el que estás en este momento, partiendo por tu propio cuerpo físico, percibe todo lo que te rodea, la sangre circulando por tu cuerpo, los latidos del corazón, la respiración, el intercambio de gases en los pulmones, los muebles que te rodean, la vegetación.
Date unos instantes para hacer eso
¿lo hiciste?
Bien…
Ahora toma consciencia de que todo eso que percibiste es solo una fracción ínfima de lo que constituye la realidad física. En otras palabras, solo percibiste algo muy pequeño dentro de solo uno de los planos de existencia, el plano físico.
Junto con el plano físico se encuentra el emocional, mental e intuicional, es decir muchísimo más de lo que los 5 sentidos son capaces de percibir.
Es ahí donde entra la ignorancia mas evidente, no sabemos nada de nada, el mundo es demasiado complejo, demasiadas variables, demasiadas formas diversas.
Intentamos clasificarlas y poner las cosas en catálogos, conjuntos y subconjuntos, pero siempre hay formas que no calzan en nuestras categorías mentales, siempre, son la excepción algunos dirán, pero existen.
Hay organismos que son vegetales y animales al mismo tiempo, hay seres que son hermafroditas, hay partículas que se comportan como ondas y como materia dependiendo del observador, hay información que viaja de una partícula a otra a una velocidad más rápida que la de la luz y un largo etc…
No sabemos nada, y la falta de humildad con la que enfrentemos la realidad nos posiciona como si fuésemos el ápice de la evolución, lo mejor de lo mejor, el tope de la cadena alimenticia, simplemente lo máximo.
Pero la verdad es que no sabemos nada, no somos capaces, al menos con nuestro cuerpo mental, de comprender y resolver los problemas más fundamentales de la humanidad.
Al mismo tiempo seguimos teniendo el potencial de ser lo mejor de esta creación, ya mencioné esto anteriormente, es el potencial de ser todo lo que nos hace especiales, pero ese potencial tiene que ser desarrollado, tenemos que trabajar para hacer que ese potencial se manifieste, intentando hacer siempre lo mejor, autoperfeccionando todos los aspectos de nuestra vida, con humildad, pero también con una autoestima elevada, sintiéndonos orgullosos de nuestros éxitos, sabiendo quienes somos.
Tenemos la ignorancia de no saber que en realidad toda la existencia es una sola unidad de consciencia que se manifiesta en diferentes formas, que lo que haces al otro te lo haces a ti, que como percibes al otro es como te percibes a ti mismo, que el otro es un espejo de ti mismo. En definitiva, ves a los otros por como son tus prejuicios y condicionamientos y, las personas que aparecen en tu vida llegan porque, esa persona y tú, calzan como piezas de puzle.
Y así entramos en el último de los condicionamientos profundos…
El ego
Todos tenemos uno de estos, el nunca bien ponderado ego.
¿Existe algún problema con el ego?
Claro que no, ninguno de estos condicionamientos son un problema mientras sepamos que es lo que son, son eso, condicionamientos, no son fundamentales y, si no somos conscientes de lo que son y de cómo manejarlos, estos condicionamientos nos pueden hacer sufrir.
Entonces, ¿cómo administrar nuestro ego?
Es importante identificar que el problema surge en relación con los otros, si te sientes menos que otra persona, hay un problema de ego, ego disminuido. Si te sientes más que otro, también hay un problema de ego.
¿Qué pasa si te sientes super bien, competente, seguro o segura de tus decisiones y de tu actuar, estas en esa zona de certidumbre donde se alinea tu creatividad, tus habilidades y tu capacidad para enfrentar cualquier situación? En definitiva, te puedes “comer el mundo”, realizar todo lo que te propones y además eres consciente de ello y no tienes vergüenza ni falsa modestia de decirlo, porque lo sabes, es verdad y puedes demostrarlo al plasmarlo en el mundo por medio de tus acciones efectivas.
Cualquier persona diría que eres un ególatra sin remedio, pero en realidad no, solo sabes de que es lo que eres capaz y tienes un autoestima bien puesta en su lugar, y ahí es cuando entra la humildad, si todo lo anterior se aplica a un aspecto de tu vida, un ego educado, es capaz de ser humilde en los aspectos que objetivamente no se tiene competencia.
Podemos ser muy buenos, y saberlo, por ejemplo, en nuestro trabajo, pero podemos ser malísimos jugando pingpong. Una persona super incompetente en nuestro rubro laboral nos puede dar una paliza en pingpong. Creer que eres mejor que otra persona en todas las dimensiones de la vida es una pésima administración del ego, y lo contrario también aplica.
Una persona con un ego educado será asertiva, segura y sin falsas modestias respecto de lo que sabe, sin falsa humildad, ya que esta lo único que hace es disminuir internamente la convicción de lo que se sabe que se es.
Nada de falsas molestias, si sabes que eres bueno en algo, no hay problema en decirlo, si sabes que eres el mejor de tu país en determinada dimensión de la vida, no hay problema en decirlo. Es más, es tu obligación dar a conocer tus talentos al mundo, nada de guardarlos y no compartirlos.
¿Cuándo lo anterior es problemático?
Cuando es mentira, cuando te atribuyes habilidades que no tienes, sea porque derechamente estas exagerando tus habilidades o porque eres tan ignorante que no sabes lo que no sabes. O sea, no sabes que existe mucho más por conocer en el determinado rubro del que te jactas conocer mucho. Eso ocurre casi siempre cuando conquistamos cierto grado novicio de conocimiento y creemos que sabemos todo, pero eso ocurre porque ni siquiera sabemos cuánto abarca la totalidad del conocimiento de ese rubro.
Importante es el autoconocimiento, para saber bien que es de lo que se compone nuestro ego, ni mas ni menos, simplemente lo que es.
Ahora, el ego es una herramienta, es lo que nos permite relacionarnos con el mundo como una estructura individual, pero, el ego es un constructo, solo eso. Cuando te hieran el ego puedes tener en cuenta este concepto para que no te afecte tanto, así cómo tenemos que ser desapegados del cuerpo físico, nuestras posesiones e incluso de nuestros seres queridos, también tenemos que ser desapegados de nuestro ego, conocerlo es importante, pero creer que eso es lo que eres es un error, por eso el ego es un condicionamiento, porque te empuja a construir esa idea del yo separada del resto del mundo.
El ego es como tu imagen pública o tu imagen en redes sociales, se construye con lo que creemos que somos mas lo que creemos que los otros piensan que somos, a veces acertamos, muchas veces no, pero tenemos claro que las personas no son solo lo que se ve reflejado en sus redes sociales.
Por otro lado, existe tanto de nosotros mismos que no conocemos y tanto de nosotros mismos que cambia con el tiempo, que nunca podríamos saber exactamente que es lo que somos desde el punto de vista del ego.
En fin, tenemos estos condicionamientos profundos, que determinan mucho de como actuamos y nos expresamos en el mundo y no hay problema, hay que aceptar que nuestra realidad es así, el problema es cuando nuestro nivel de conciencia sobre estos fenómenos es tan baja que dejamos que estos condicionamientos determinen nuestra vida más allá de un mínimo razonable. Cuando eso ocurre nos convertimos en esclavos que obran por impulsos y reacciones y si queremos ser felices y tener todo lo que queremos de esta existencia, tenemos que aprender a lidiar con estas fuerzas, conociéndolas y dirigiéndolas en vez de que ellas nos dominen y nos hagan sufrir.
Por: Juan Celedón R.