Parece una pregunta muy amplia, pero lo parece cuando no tenemos claridad, ya que nuestra mente no encuentra cómo abordarla, y se desata la dispersión de cómo estamos viviendo nuestra vida.
Si existiera la claridad y certeza de la pregunta «dónde me encuentro», podríamos responder, naturalmente, la respuesta más obvia y sencilla que tendemos a pasar por alto y olvidar de vivenciar: la del momento presente… de estar quizás sentado en tu escritorio, en tu cama, en el transporte o dónde sea, leyendo esta reflexión. Y luego, quizás vendría a tu pensamiento, «me encuentro en tal momento de mi vida, realizando «x» acciones, alineado con este objetivo «.
Pero… al leer lo anterior…. ¿Lograste identificarte con ello? O te diste cuenta que tus pensamientos estaban divagando en otros temas, en los pendientes, en tus preocupaciones, en lo que debes realizar más tarde, o dentro de la semana, en tus pesares emocionales, etc, y que por tanto, no te encuentras ahora realmente, y que tu atención está en cualquier otra parte, menos en el presente?….
Y respecto al momento de vida ¿Qué dilucidaste? ¿Sientes que tus acciones tienen un sentido claro? ¿o las acciones y vida que estás llevando, no tienen una dirección consciente de cómo quieres vivir tu vida?
Es muy común la verdad, que entre las responsabilidades, y ritmo de vida actual, nos perdamos entre medio, y perdamos de vista la dirección. O incluso, que nunca hayamos pensado en ello, puesto que constantemente los condicionamientos aprehendidos nos han llevado a volcar la atención a lo externo y material, tanto así, que dejamos de reconocer qué acontece internamente a todo nivel.
Pero si nos regalamos aunque sea unos 5 minutos diariamente, para detenernos y contemplar, y disfrutar del momento… ese día ya habrá cambiando en algún aspecto. Y si esta acción, la comenzamos a cultivar y practicar más y más seguido, comenzamos a percatarnos y hacernos conscientes de cómo estamos viviendo. Hasta que llega un punto, en ese camino, en que nos damos cuenta que podemos decidir qué aspectos queremos cambiar y/o potenciar en nuestras vidas.
Esta decisión, que parte de una mera contemplación y participación activa y presente en nuestra propia vida, pasa a tornarse en una propuesta radical, en el sentido del impacto que genera. Inicia de una acción sencilla, pero que pasa a transformar nuestra vida. Salimos del piloto automático, y comenzamos a darle sentido a nuestra vida, y profundizar en el autoconocimiento, y ello nos torna más conscientes de la vida en general.
La experiencia a través de swádhyáya, que en sánscrito designa el autoestudio, se torna natural, el vivir presente y en constante observación, ampliando el espectro de la experiencia, pero aún siendo parte de ella.
Así comienzas a dirigir tu vida y por tanto cada acción. Vives activamente. Defines y sientes cada paso. Disfrutas del momento. Escoges el engranaje.
Y la respuesta a ¿Dónde estoy? es simple: Aquí. El resto son los colores escogidos, y la expresión que decidimos darle.
Texto por Macarena Salas.