Que belleza y regalo es conectar con otros,
Una conexión que se da al abrir paso a la sutileza,
Que se percibe en la mirada, y a través de un canal de escucha que permite el encuentro mutuo.
Cuando damos paso a mantener ese encuentro con cariño, aparece la vulnerabilidad y el reconocimiento, ves al otro realmente, disminuyendo la dispersión del juicio.
En ese encuentro, simplemente somos. Hay unión.
Nos comprendemos desde esa conexión; y se da el tremendo regalo, que siempre existe, pero no siempre se explora, de una evolución conjunta, simple y sutil.
Nuestras relaciones son el más grande regalo y movilizador en nuestras vidas. Por tanto, es muy importante decidir con quién, cómo y desde qué lugar queremos relacionarnos.
Texto por Macarena Salas