Sobrepensamiento, estrés, ruido mental, ansiedad, miedo, incertidumbre, etc…
Sea cual sea la situación: Vuelve a la sensorialidad….
Percibe las sensaciones, percibe la temperatura de tu cuerpo y del ambiente, siente el movimiento, cada paso, tu respiración, siente tu mirada, el gusto, los sonidos, las sensaciones internas, tu interacción con el espacio y viceversa… Siente ese intercambio de información segundo a segundo.
Al volver a la sensorialidad, puedes empezar a conectar con el momento presente, y desde ahí puedes comenzar a reconocer mejor tus emociones, darles una bajada, sentirlas desde el momento presente, y tu mente se enfoca y aquieta, pues traes de vuelta el camino a lo único que realmente hay que es ese INSTANTE presente.
Nos cuesta en ocasiones volver a esa sensorialidad pues nos acostumbramos en el camino a estar disociados, quedando en el plano mental, que se desata de tanto sobre estimularlo, cuando el ritmo de responsabilidades nos exige de más. Y es en esos momentos… que si no prestamos atención, ese mecanismo permanece y perdemos el nexo presente.
Nuevamente…. Vuelve a la sensorialidad. Vivencia las sensaciones, interactúa por completo con consciencia de esa sensorialidad conectando con el disfrute… incluso en aquellos momentos que nos desafían los acontecimientos.
Se puede disfrutar los desafíos, aún aquellos más complejos, si mantenemos esa vivencia más presente. Se baja la emocionalidad que se desata, y se cultivan las emociones que nos permiten expandirnos, y lo mental, se torna una herramienta consciente.
Disfruta, disfruta de cada instante, los tropiezos, o los momentos más disociados, o aquellos en que nos desestabilizamos, pues es ahí donde se da la danza que nos movimenta a expandirnos. A tornarnos aún más conscientes y comprender que cada instante está estrechamente entrelazado a otros, entregándonos así simplemente a experienciar.
Vuelve a la sensorialidad….
Texto por Macarena Salas