El otro día percibí mi cuerpo un poco más rígido, un poco incomodado en el movimiento, por lo que fui navegando en esas capas perceptivas… Por un lado la percepción del movimiento más concreto se sentía un tanto desconectado, hasta que le di espacio a ello, a eso que reflejaba, como si siguiese los hilos desde donde venía esa incomodidad… Suelo ir, y habitar el flujo analítico, y tanto como ello, ir y habitar el movimiento, a veces en un pimponeo, a veces simplemente siendo, momento justo, momento exacto que se desvanece permitiendo emerger otros….
La incomodidad, es algo que evitamos, que no queremos percibir, muchas veces a tal punto, que comenzamos a esquivar a esquivar…. disociar y disociar…. Hasta que sale de algún modo. La vida implica habitar esa incomodidad, y si logramos encontrar la forma de surfearla … vaya que se disfruta!
Es en ese instante donde habitamos la incomodidad, que permitimos expandir, aunque se sienta perceptivamente como lo contrario, pero es una presión que si la surfeamos, permite esa expansión, contraer para expandir, mismito que la respiración, un flujo continuo. Buscamos evitar ese espacio, pero si comenzamos a habitarlo desde la adaptabilidad, como un juego, como un instante, permitimos bajar la tensión… lo que sucede es que nos aferramos, queremos evitarlo a tal punto que le damos más fuerza, y nos identificamos con ese instante como algo permanente…. ¿Pero qué tal si lo dejamos surgir? Claro que con cariño… como decimos en nuestras clases, esforzándose sin forzar…. Desde ahí permitimos surgir esos instantes, conocerlos mejor, y que vaya incorporándose, nos adaptamos a ese instante, y expandimos horizontes…. Se registra, ingresa nuevo conocimiento perceptivo, y ya es más confortable, se disfruta, y paf… ya no es incómodo, nos adaptamos, lo incorporamos, se hace huella, para que conozcamos, y al mismo tiempo, nos tornamos un poquito más libres.
Adaptabilidad, libertad, acomodarse, darle movimiento, desidentificarse, permitir surgir, desapegarse, dar espacio, expandir, y soltar.
¿Cómo vives esa adaptabilidad?
Texto por Macarena Salas