Un gurú enseña a su discípulo que todo es divino, que el mundo entero es una manifestación de Dios. Inspirado por esta enseñanza, el discípulo decide ponerla en práctica. Mientras camina por un sendero, un elefante furioso se acerca. El guía del elefante grita: «¡Apártate! ¡El elefante está fuera de control!».
El discípulo, creyendo que el elefante también es una manifestación divina, decide quedarse en el camino, pensando que el elefante no le hará daño. Sin embargo, el animal lo golpea y lo arroja lejos. Herido, el discípulo regresa al gurú y le pregunta por qué Dios (el elefante) lo lastimó.
El gurú le responde: «Es cierto que el elefante es divino, pero también lo es el guía que te advirtió. ¿Por qué no escuchaste a Dios a través de él?».
Del Libro Karma Yôga de Swami Vivekananda