La meditación (dhyána) es parte integrante del acervo de técnicas del Yôga. Sacar la meditación de su contexto no es recomendable. Sin las demás técnicas del Yôga, intentar meditar puede ser perjudicial. La meditación surgió dentro del Yôga, pero varias corrientes filosóficas se apoderaron de esa parte y despreciaron a las otras que le darían soporte. Resultado: (a) sin las demás técnicas se vuelve mucho más difícil meditar; y (b) si consigue meditar esto puede ser más perjudicial que útil. Vamos a tratar de explicar de dos maneras.Primer ejemplo
Imagínese una persona que practique deportes. Esta persona desarrolla toda la musculatura del cuerpo de forma equilibrada, o casi. Pero ¿qué ocurriría si un deportista resolviera sólo ejercitar brazo y no piernas, ni tórax, ni abdomen, ni dorsales, y peor: sólo un brazo? Practicaría rosca directa con cada vez más peso sólo con su brazo derecho, para poder exhibirlo en la playa. El resultado cultivaría un lisón, con pernitas de periquito, barriguita de chopp y un brazo más fuerte que el otro como un cangrejo patola o una víctima de elefantiasis. Si no hubiera hecho ningún ejercicio físico podría estar fuera de forma, podría ser delgada o gorda, pero siempre tendería a una cierta armonía dentro de su biotipo. No sería una anomalía.
Cuando alguien practica sólo un anga, por ejemplo, sólo meditación, o sólo mantra, o sólo asana, etc., el resultado es el desequilibrio como el del ejemplo anterior. Mejor sería no practicar nada, pues, en ese caso, la naturaleza mantendría una relativa armonía de conjunto.
Segundo ejemplo
La meditación es el fenómeno producido por el funcionamiento del ájuca chakra, situado entre las cejas. Los chakras, como ya hemos estudiado anteriormente, son dinamizados por el influjo de la kundaliní. Por lo tanto, si el practicante no prepara su sistema biológico para que la energía formidable de la kundaliní ascender gradualmente, chakra después del chakra, hasta el ájena, la energía no conseguirá subir, lo que equivale a decir que el practicante no podrá meditar. Puede engañarse y pensar que está meditando, pero no estará. Y si insisten mucho, durante mucho tiempo, y acabar consiguiendo atraer la energía hacia ese chakra, peor aún. Porque la energía de la kundaliní es física y debe fluir médula espinal hacia arriba, por dentro de meridianos de fuerza que necesitan estar perfectamente claros, a través de una columna vertebral flexible y mediante una serie de otros cuidados. Tal energía no podrá salir por el exterior del cuerpo, por donde no existe la anatomía de los canales de vascularización pránica, y llegar al ájña; o aparecer en ese chakra por un toque de magia.Si la insistencia en hacer meditación crear una succión de la kundaliní en la región de la cabeza y esa energía se ve forzada a subir sin que haya canales claros, ella lo hará rompiendo y quemando todo lo que encuentre por delante. También puede romper algún conducto y vaciar, destruyendo los tejidos de los órganos adyacentes. En ese caso, ocurrir trastornos en el sistema nervioso y otros.
Fuente: libro Meditación y Autoconocimiento, DeRose