Una ofrenda, un presente.
Energía, vibración.
Sentir, pensar.
Shiva, Bhávajánanda
y quienes les sucedieron
a lo largo de los milenios, hasta hoy.
Quien ofrece, se conecta.
Quien da, recibe mucho más.
La alegría del que da,
el corazón ligero y feliz,
sintoniza, empatiza, asimila,
absorbe y es absorbido por simbiosis.
La retribución al creador del yôga,
a los ancestros,
al preceptor
y al instructor:
honra, culto, adoración
como se venera a los padres,
a la patria y a los sabios.
¡Eso es pújá!
Profesor DeRose, «Mensagens»: Pújá